Desde una pastelería familiar en La Serena hasta convertirse en un estudio referente en interiorismo del norte de Chile, Contorno Taller diseña con sensibilidad, escucha y propósito. En este retrato íntimo, Ignacio Espinoza y Javiera Sancho abren las puertas del taller donde la vida cotidiana es el mejor plano.
En una esquina tranquila de La Serena, donde el mar y el desierto se rozan sin apuro, se levanta un estudio que prefiere observar antes de trazar, conversar antes de imponer y escuchar antes de diseñar. Se llama Contorno Taller, y es una oficina de arquitectura y diseño interior que trabaja desde lo cotidiano, sin artificios ni poses. Un estudio joven, pero profundamente enraizado, que ha hecho del habitar su terreno de experimentación más sincero.
Un encuentro de caminos
La historia no comenzó en una oficina ni en una sala de clases, sino en una cocina. Más precisamente, en la remodelación de una pastelería que unía a las familias de ambos. El padre de Javiera, restaurantero de oficio, y la madre de Ignacio unieron fuerzas para levantar el nuevo local. Javiera, con apenas 18 años, ya tenía experiencia gestionando espacios desde la operación: había sido cajera, mesera y también directora improvisada de obra en el primer restaurante familiar. Ignacio, estudiante de arquitectura y constructor autodidacta desde la adolescencia, fue el encargado de fabricar los muebles.
“Nos complementamos perfecto”, recuerda Javiera. “Él hacía los muebles, y yo le decía lo que había que hacer”. Así, entre maderas recicladas, decisiones prácticas y una estética en construcción, nació una dupla inesperada pero potente. El proyecto los unió también en lo personal, y lo que comenzó como un favor familiar devino en un estilo de vida y, eventualmente, en una oficina.

Dar forma al habitar
El nombre “Contorno” apareció temprano. Buscaban algo que no anclara, que no encerrara, que pudiera expandirse sin perder su esencia. Y lo encontraron en una palabra que alude al borde, a lo que enmarca, a lo que permite que algo exista dentro. “El contorno es lo que define un espacio sin encerrarlo”, explica Ignacio.
Más tarde descubrirían que el arquitecto finlandés Juhani Pallasmaa hablaba de la arquitectura como “el contorno de la mente”. Y ahí todo hizo más sentido. Contorno Taller no solo diseña espacios: rodea, acompaña, cuida. “Lo que nos interesa no es imponer una estética, sino crear un entorno que tenga sentido para quien lo habita”, dice Javiera.
Una de las características más notables del estudio es la forma en que abordan cada proyecto: como un proceso profundamente humano. La primera reunión con un cliente no es una toma de requerimientos, sino una entrevista larga, a veces de tres horas, donde se conversa de todo: cómo viven, qué ropa usan, cómo se mueven por la casa, qué música escuchan.
“Esa primera visita es el germen del diseño”, cuenta Ignacio. “Ahí entendemos cómo vive la persona, qué le importa, qué le molesta, qué necesita”. A partir de ese encuentro nacen bocetos, ideas, prototipos. No se parte desde el estilo, sino desde la vida.
Por eso mismo, los proyectos de Contorno no siguen una línea estética única. Tienen algo en común, sí: sobriedad, calidez, madera, líneas simples, colores que calman. Pero el estilo final siempre nace del cliente. “Lo que nosotros tenemos es un enfoque, una manera de pensar el diseño, no una firma”, aclaran.
En su sitio web, Contorno se define como un estudio especializado en diseño interior residencial y comercial. Pero en la práctica hacen más que eso: amueblan, asesoran, gestionan, acompañan. Diseñan cocinas, quinchos, bibliotecas y dormitorios. Intervienen salas de estar, cafeterías, locales comerciales. Y en todos los casos lo hacen de forma cercana, artesanal, pensada.

“Nos gusta trabajar el detalle”, dice Ignacio. “Desde la circulación hasta la altura de las cortinas, todo influye en cómo se vive un espacio”. Parte de su metodología proviene del interés que ambos han desarrollado por la neuroarquitectura, una disciplina que estudia cómo el entorno impacta en el cerebro y las emociones. “Queremos que las personas no solo habiten un espacio, sino que su cuerpo se relaje en él, que su mente respire”, explica Javiera.
Precisamente, uno de los sellos distintivos de Contorno Taller es su atención al detalle. Desde el diseño de muebles a medida hasta la selección de colores y texturas, todo se cuida al máximo para lograr una armonía que trascienda lo estético.
«Los detalles son los que hacen que un espacio se sienta verdaderamente tuyo. Son esos pequeños elementos los que conectan emocionalmente a las personas con su entorno», señala Ignacio.
A lo largo de su trayectoria, Contorno Taller ha desarrollado una variedad de proyectos, desde viviendas particulares hasta espacios comerciales y oficinas. En cada uno de ellos, se percibe una sensibilidad especial, una búsqueda constante por crear lugares que no solo sean funcionales, sino que también cuenten una historia.
«Nos emociona ver cómo las personas se apropian de los espacios que diseñamos, cómo los hacen suyos y los llenan de vida», comparte la pareja.
Lo que hacen, y cómo lo hacen
El trabajo de Contorno Taller no se limita a levantar planos o elegir colores bonitos. Lo suyo es una relación a largo plazo, una forma de acompañar a quienes están buscando no solo diseñar un espacio, sino entender cómo quieren vivirlo. Lo que comienza con una conversación en una sala o con una videollamada para quienes están lejos, suele transformarse en una relación de meses —incluso años— en la que Ignacio y Javiera se convierten en guías, curadores, diseñadores y, muchas veces, confidentes.
Para quienes necesitan una transformación completa del espacio, ofrecen un acompañamiento integral que no solo contempla el diseño, sino también la compra, el montaje y hasta los últimos detalles decorativos. En estos casos, ellos van personalmente, gestionan entregas, supervisan a maestros, arman muebles, alinean cuadros, doblan servilletas si hace falta. Pero también están quienes prefieren ir a su propio ritmo, y para ellos crean documentos precisos: planos, fichas de compra, moodboards y recomendaciones, todo con una estética cuidada, para que el cliente pueda implementar por cuenta propia. La clave está en que el trato es siempre personalizado.
Además del diseño de interiores, una parte muy importante del estudio está dedicada al diseño de mobiliario a medida. Hay clientes que llegan por una cocina, otros por una biblioteca, otros simplemente porque necesitan un escritorio funcional en una pieza pequeña. Cada uno de esos encargos es abordado con igual nivel de detalle: desde la ergonomía hasta la textura, pasando por cómo entra la luz en esa parte específica del espacio.

Cuando se trata de proyectos comerciales, el estudio despliega una capa extra de trabajo. No se trata solo de estética: hay que entender cómo se mueve la gente, cómo comprarán, cómo entrarán y saldrán del local. En estos casos, trabajan con arquitectos colaboradores, diseñadores gráficos, expertos en normativas sanitarias y también en neuroventas. La idea es crear experiencias completas, coherentes y fluidas, desde el cartel en la fachada hasta la sensación al sentarse.
Y para quienes están construyendo su casa desde cero, también existe una asesoría específica en terminaciones arquitectónicas. Es ese momento en que aún no se ha definido el porcelanato o los revestimientos, y donde una mirada experta puede marcar la diferencia. Ahí entra Contorno con su ojo afilado y su sensibilidad para lo esencial.
Lo más notable, quizás, es que incluso cuando el proyecto termina, la relación no se cierra. “Nos han escrito clientes un año después para preguntarnos por una lámpara o una silla. Y siempre respondemos. Acompañamos hasta el final, aunque ese final llegue mucho después”, dice Javiera. En ese acompañar constante está también el alma del taller.
El oficio de hacer con las manos
Ignacio no llegó al diseño por la vía académica. Lo hizo, como tantas veces sucede con lo genuino, por imitación, por juego, por necesidad. Su abuelo era artesano en mimbre; su tío, mueblista. En su casa, las herramientas eran parte del paisaje cotidiano, y a los quince años ya construía sus propios muebles con madera reciclada y una sierra prestada. Su taller era un rincón del patio familiar, y su inspiración, las casitas de muñeca que había visto construir para sus primas.
“Siempre me gustó meter mano, ver cómo las cosas se juntaban”, recuerda. Antes de saber que quería ser arquitecto, ya sabía que quería hacer. El diseño, para él, ha sido siempre físico: doblar, cortar, unir, probar. Por eso, incluso ahora que el estudio ha crecido y los encargos son más complejos, Ignacio sigue bajando al taller, elige las maderas, prueba sistemas de ensamble, afina una curva.
En muchos proyectos, él mismo construye los primeros prototipos o acompaña a los maestros, deteniéndose en detalles como el ángulo de una pata o el grosor exacto de un canto. Es más, muchas veces Ignacio realiza proyectos por completo en solitario.

El mobiliario, en Contorno Taller, no es accesorio: es una extensión del espacio, una forma de vivir la arquitectura desde lo táctil.
“Diseñar un mueble es como diseñar una pequeña casa”, dice. “Tiene estructura, proporción, sombra, y tiene que hacerte sentir algo”. Por eso, sus muebles no solo encajan: habitan, contienen, protegen. Están pensados para durar, para crecer con las personas, para acomodarse al paso del tiempo.
Contorno Kids: arquitectura para crecer
Convertirse en padres cambió la forma en que Ignacio y Javiera veían el diseño. Las necesidades de sus propios hijos les hicieron notar una gran carencia en el mercado local: muebles y espacios infantiles pensados desde lo sensorial, desde la escala del niño, desde su etapa evolutiva.
Así nació Contorno Kids, una línea de diseño enfocada en la infancia. Desde muebles multifuncionales (como sillas que también son torres de aprendizaje) hasta habitaciones completas, diseñan pensando en cómo se desarrolla el cerebro infantil. “La neuroarquitectura también aplica a los niños”, dice Javiera. “Y más aún, porque están en plena formación”.
Trabajan con referencias Montessori, Waldorf y Pikler, pero no se casan con ninguna línea específica. Lo importante, dicen, es que los muebles sean funcionales, livianos, adaptables y que puedan crecer con el niño. También consideran algo muy concreto: las casas chilenas son pequeñas. Por eso, diseñan piezas que puedan cumplir múltiples funciones en espacios reducidos.

La línea aún está en expansión, pero su proyección es clara: abrir una tienda online donde puedan ofrecer sus productos a todo Chile, democratizando el acceso a un diseño infantil consciente y accesible.
Diseñar desde adentro
En tiempos donde el diseño puede parecer más una vitrina que un refugio, Contorno Taller recuerda que la arquitectura sigue siendo, en esencia, una forma de cuidado. Lo que Ignacio y Javiera hacen no es solo diseñar: es mirar de cerca, preguntar sin apuro, volver al origen de lo que significa habitar.
Sus proyectos no deslumbran con estridencia, pero se quedan. Se sienten. Son espacios donde el cuerpo descansa y la vista respira. Espacios que reconocen la vida real, con niños, con polvo, con rutinas, con tardes largas de domingo. L.ugares donde uno puede, finalmente, bajar la guardia.

Contorno Taller no busca convertirse en un estudio de autor, ni aspira a grandes portadas. Su éxito está en otra parte: en las familias que vuelven a invitarles al año siguiente, en los muebles que envejecen bien, en los clientes que descubren, al final del proceso, que su casa ahora se parece un poco más a ellos.
Diseñan desde la vida. Y eso, hoy, no es poca cosa
Con una sólida base en La Serena, Contorno Taller mira hacia el futuro con entusiasmo y compromiso. Ignacio y Javiera continúan explorando nuevas formas de hacer arquitectura y diseño, siempre con la premisa de poner a las personas en el centro del diseño.
«Queremos seguir creciendo, aprendiendo y aportando a nuestra comunidad. La arquitectura tiene el poder de transformar vidas, y nosotros queremos ser parte de ese cambio», concluye Ignacio, dando paso a la revisión de algunos de sus más destacados proyectos en Rúa Salón.
PROYECTO NR (2023)

Ubicación: El Milagro, La Serena
Área (m2 intervenidos): 12m2
Interiorismo por: Contorno Taller
Equipo a Cargo: Javiera Sancho, Ignacio Espinoza y Gabriel Díaz
Marcas asociadas: Sherwin Williams, París Home, Zara Home,
Bazhars, descuadro.cl y Mobiliario de Contorno taller
Fotografías: @mayraaaag
Este encargo marcó el primer proyecto de interiorismo residencial de Contorno Taller. La intervención se desarrolló sobre una superficie de 12 m², con el objetivo de optimizar un espacio de circulación transversal que conecta distintas áreas de la vivienda —entrada, dormitorio principal y acceso exterior— para transformarlo en una sala de estar versátil y acogedora.
El encargo fue definido por una madre e hija que buscaban un área de reunión familiar, con énfasis en el uso cotidiano y la comodidad. Se trabajó una solución programática de bajo impacto estructural y alta carga funcional, incorporando mobiliario diseñado a medida, incluyendo un sofá con respaldo alto, ottoman móvil y una mesa lateral giratoria. Los materiales seleccionados —madera de pino finger, lino, textiles lavables— se eligieron por su durabilidad, calidez y mantenimiento sencillo, respondiendo a las necesidades de una familia con niños.
El proyecto incluye también elementos gráficos y decorativos personalizados, como una galería fotográfica familiar desarrollada junto a una fotógrafa del estudio, lo que refuerza el carácter íntimo del espacio.
«El desafío principal y el por qué fue tan importante para nosotros radica en que este se trató de nuestro primer proyecto de interiorismo como tal, donde pusimos en práctica todos nuestros conocimientos adquiridos hasta el momento. Pusimos a prueba nuestros estudios, nuestra experiencia diseñando y fabricando mobiliario a medida y los años consumiendo y observando diseño de interiores y nos alegra mucho escuchar de parte de la familia lo bien que resultó y lo mucho que disfrutan el espacio», comenta Javiera.





PROYECTO RO (2024)

Este encargo consistió en la habilitación interior de una vivienda de 60 m² destinada a ser compartida por dos hermanas. Se planteó desde el inicio como un ejercicio de síntesis funcional y estética, en un contexto de presupuesto limitado.
El programa requería soluciones diferenciadas para los dormitorios —adaptadas a los perfiles y preferencias de cada usuaria— y una zona común que armonizara ambas identidades. Se optó por una paleta neutra en las áreas compartidas (living, comedor y cocina) y mayor expresividad cromática y textural en las zonas privadas. La estrategia de diseño incluyó maximización de almacenamiento, circulación eficiente, y una selección material coherente: madera, lino, fibras naturales y vegetación como recurso de ambientación.
«El espacio era mínimo y el almacenamiento casi inexistente, por lo que tuvimos que hacer magia para generar y esconder espacios de guardado para lograr una vivienda cómoda y ordenada», explica la diseñadora.
El resultado es una propuesta integral, con especial atención al diseño de mobiliario funcional y a la adaptación espacial que le da una autenticidad muy especial.








PROYECTO PIACERE (en ejecución)

Ubicación: Avenida juan cisternas, La Serena
Área (m2 intervenidos): 420m2
Interiorismo por: Contorno Taller
Equipo a Cargo: Javiera Sancho e Ignacio Espinoza
Marcas asociadas: CHC, MK, Abkupfer, Area Design, Artesanos
Fotografías: @mayraaaag
Piacere es el primer proyecto comercial de gran escala desarrollado por Contorno Taller. Ubicado en una casona preexistente en avenida Juan Cisternas, el encargo consistió en la conceptualización y ejecución de un restaurante de pastas, abordado desde una perspectiva integral: arquitectura interior, diseño de mobiliario, ambientación, comunicación visual y experiencia de usuario.
La estrategia proyectual se basó en el reconocimiento del inmueble original como un conjunto fragmentado de recintos, lo que obligó a resolver circulaciones, jerarquías de uso y zonas de servicio con precisión. El elemento central del diseño es una cocina vidriada de exposición, que permite integrar visualmente la elaboración artesanal de pastas al recorrido del cliente.
Es un proyecto en curso, aun en la etapa de construcción y se está trabajando con una diversidad de materiales como porcelanatos técnicos, azulejos con fragües de color, metales, textiles, vegetación y fibras naturales, buscando generar una atmósfera cálida, sensorial y coherente con el concepto de “verano italiano” definido por la marca.
Los tiempos acotados y la complejidad programática representaron un desafío adicional, resuelto mediante una planificación de obra detallada y un diseño flexible que permite ajustes durante la ejecución.






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