
Paulina Montoya se destaca como la carismática fundadora de Estudio Ballesty, una firma que ha ganado reconocimiento por su amplia gama de proyectos y su enfoque versátil. A pesar de crecer en una familia dedicada a la ciencia, la pasión por el arte y el diseño siempre fluyó en ella.
Tras un camino inicial en odontología que no la satisfizo, decidió seguir su verdadera vocación estudiando diseño de interiores en la Universidad Finis Terrae y luego realizó un postgrado en diseño de mobiliario en la Universidad de Buenos Aires.
Al volver trabajó en el área de ventas de una reconocida marca de productos para la industria, pero al poco tiempo decidió volver a lo suyo. Así, su carrera como diseñadora comenzó en una pequeña constructora, donde tuvo la oportunidad de diseñar oficinas y aprender de los maestros en terreno, lo que le permitió aplicar sus conocimientos teóricos en la práctica. Su gran salto llegó cuando se enfrentó a un proyecto de 600 metros cuadrados para una marca transnacional, lo que la impulsó a independizarse y fundar su propio estudio, que hoy lleva el nombre de Ballesty, en honor a su familia materna de origen argentino- irlandés.
Actualmente, su firma ofrece servicios integrales de diseño y asesoría, destacándose por la fabricación de muebles a medida.
El estilo de Estudio Ballesty es ecléctico y multifacético, reflejando la propia trayectoria de Paulina, quien ha aprendido a valorar su capacidad para manejar una variedad de estéticas sin encasillarse en una sola. Su enfoque distintivo y su pasión por el diseño se ven reflejados en el Departamento Nansen, que es su proyecto destacado en RS10.
Departamento Nansen
FICHA TÉCNICA
Depto. Nansen (2024)
Interiorismo: Estudio Ballesty
Sectores: Living, comedor y hall de entrada.
Ubicación: Calle Nansen, Las Condes, RM, Chile.
Marcas asociadas: Filippa, The Marmol House, Silacor Larrain, Muebles Klammer, Interlight, La Espejería, Boscoso, Cuadros Vale Panizza, DePared Cuadros, Time of Interiors, La Canel, Forastero, Amoblé, La Blanquería, Led Studio, The Garden.
Área: 35 M2
Fotografías: Mauricio Segura | @maurotomafotos
Este vibrante proyecto de diseño se encuentra dedicado a una pareja que, tras cuatro décadas de matrimonio, quiso darse el gusto de decorar su nuevo departamento. Cuando compraron la propiedad, regalaron todo y se trajeron sólo la cama y un comedor. Decidieron partir de cero y con todo nuevo.
Paulina, quien ya había diseñado la vivienda de uno de los hijos de este matrimonio, se hizo cargo del proyecto y cuenta que “En general los clientes tienen un estilo y presupuesto preestablecido, por lo que tienes un camino a seguir y directrices. Pero acá tuve la oportunidad de proponer. Tuve la libertad de ser yo misma. No hubo un requisito de estilo ni de presupuesto, me dejaron proponerles lo que yo creía conveniente para ellos. Me dejaron fluir”.
“Beatriz, mi cliente, me dijo ‘Paulina no te queremos decir nada porque no te queremos bloquear. Proponnos algo que te guste, que sientas que es para nosotros y vamos viendo’. Para un diseñador es lo máximo que alguien te diga eso al momento de diseñar. Puede ser más difícil porque no sabes por dónde empezar, pero con esa primera reunión, los conocí y supe exactamente qué les gustaba”, añade la profesional.
Con un enfoque contemporáneo y atemporal, se estableció un diseño que no solo buscaba ser especial, sino también perdurable.
“La intención era evitar que en un par de años la pareja sintiera la necesidad de realizar cambios, garantizando que cada entrada a su hogar generara un efecto “wow”, ese sentimiento que hace que te maravilles cada vez que lo veas. Que te sientas feliz y orgulloso de lo que se hizo”, comenta Paulina.




El concepto central del diseño fue el contraste. Se eligieron materiales y colores cuidadosamente, optando por tonos neutros complementados con acentos en negro y dorado, creando un ambiente de carácter y distinción. La mezcla de materiales nobles y sintéticos, como diversas maderas, mármol, espejos amplios y texturas orgánicas, aportó una riqueza visual al espacio. La elección del arte se convirtió en un proceso personal; se buscó algo moderno y con carácter, y se encontró en la obra de la artista Vale Panizza, quien creó cerámicas personalizadas para el proyecto.
El hall de entrada fue diseñado para impresionar, buscando provocar emociones desde el primer paso. Se emplearon contrastes en tonos neutros y acentos en negro, además de jugar con volúmenes y transparencias, en lo oscuro y lo iluminado, en lo opaco y lo brillante. Negro, neutros, texturas, toques dorados, espejos y cuadros con geometría y detalles en formas orgánicas son parte de este lugar, donde cada rincón se pensó con minuciosidad, desde el papel mural importado con textura tipo pátina hasta los muebles vintage que, aunque actuales, evocan una nostalgia especial que se complementa con una iluminación tenue que le da un carácter teatral y resalta cada una de las piezas seleccionadas.
Al ingresar al living-comedor, el diseño se vuelve más espacioso, pero continúa la línea moderna y el contraste. Siempre se usó el detalle en dorado que se puede ver en las lámparas y en la base de las banquetas. El negro se sigue usando en diferentes proporciones y aumenta considerablemente el uso de tonos neutros.
“El living no era grande, pero tenía que permitir sentar a varias personas. Como no entraban dos sofás, usamos uno grande y agregamos poltronas con banquetas, dejando una pasada mínima hacia la terraza, pero por sobre todo para dar aire a la circulación, algo que a veces se olvida y que es vital”, explica la diseñadora.
Los muebles fueron complementados con piezas personalizadas, como una mesa de mármol que se convirtió en el punto focal del espacio y varias piezas de arte que también se llevan las miradas.
La atención al detalle se extendió al comedor, donde la combinación de madera, metal y color ofreció un juego visual atractivo y equilibrado.



“La mesa se fabricó en madera de castaño en tono avellano, sillas de madera color negro con tapiz oscuro y una lámpara metálica de color dorado de un diseño delicado y moderno. Se vuelve a ver el contraste en volúmenes, en el uso del color, en lo opaco y lo brillante, en la luz y la sombra”, expone la directora de Estudio Ballesty.
Este proyecto no solo permitió a la diseñadora crear, evocar emociones. En este caso, el resultado final fue un hogar que refleja la esencia de sus propietarios, donde cada elección, desde el tono del tinte de la mesa hasta la forma del jarrón, se realizó con un propósito claro y significativo.
“Pude fluir, me dio espacio de crear. Incorporé el juego del contraste que es un recurso que me encanta. Tuve la oportunidad de ser yo misma, sin restricciones y de incorporar todas las cosas que me gustan, los objetos que me emocionan, de los materiales que me fascinan y de los colores que más me gustan como el negro y el dorado. Incorporé elementos que yo tendría en mi casa y donde cada uno de ellos fueron elegidos de forma especial, Mi premisa siempre es “cada cliente es único, cada elemento tiene que ser especial y cada ambiente debe de causar una emoción”. Si no siento esto, es sólo copy paste”, concluye Paulina, que espera volver a sorprender con la segunda parte de esta remodelación que involucra nuevos sectores del departamento y ya está en desarrollo.
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