Felipe Vergara no concibió su carrera bajo los parámetros convencionales del arte. Desde sus inicios en el mundo de las artes visuales, su búsqueda creativa estuvo marcada por la experimentación con materiales, la exploración del volumen y el deseo de generar objetos con un impacto sensorial donde la iluminación tomó un rol protagónico.
Hoy, como fundador y director de Lámparas Luzzia, ha consolidado un sello único en el diseño de luminarias, uniendo artesanía, innovación y una visión estética que ha trascendido fronteras.
Del lienzo a la luz: la transformación de un artista visual
El recorrido de Vergara comenzó en el universo de las artes visuales. Su formación y primeros trabajos estaban vinculados al arte y la iluminación, disciplinas en las que exploraba la tridimensionalidad y el diálogo entre la forma y el espacio. Sin embargo, con el tiempo, su inquietud lo llevó a experimentar con otros soportes, hasta llegar a la creación de objetos utilitarios.


Fue en este tránsito que descubrió el potencial expresivo de la iluminación. “La luz transforma los espacios, genera atmósferas, despierta emociones”, explica Vergara. Este hallazgo lo llevó a especializarse en el diseño de luminarias, un territorio donde pudo fusionar su sensibilidad artística con un enfoque funcional y de diseño.
La esencia artesanal de Luzzia
Fundada hace más de una década, Lámparas Luzzia nació con la premisa de reivindicar la producción artesanal en un mundo dominado por la fabricación en serie. Cada pieza de Luzzia es concebida y elaborada en su taller, donde el proceso manual es el eje central de la creación.
“Busco que cada lámpara tenga alma propia, que se note la innovación y unicidad en cada detalle”, señala Vergara. Su equipo de trabajo, compuesto por hábiles artesanos, utiliza materiales como telas y fierros que son trabajados con técnicas tradicionales y contemporáneas.
El resultado son luminarias que no solo iluminan, sino que se convierten en piezas escultóricas dentro de los espacios. Su estilo se caracteriza por líneas orgánicas, estructuras geométricas y un juego de sombras y transparencias que otorgan a cada diseño un carácter singular.

Un taller, un laboratorio de ideas
El espacio donde se gestan las lámparas de Luzzia es más que un taller; es un laboratorio donde la experimentación es constante. Ubicado en Santiago de Chile, este lugar es el epicentro de la creatividad de Vergara y su equipo. Aquí, cada diseño pasa por un riguroso proceso de prueba y ajuste, en el que se estudia cómo la luz interactúa con los materiales y cómo estos responden en distintos entornos.
“La iluminación no es solo una cuestión estética, sino también funcional. Me interesa que cada lámpara cumpla un rol en la espacialidad de una casa, un restaurante o una oficina”, explica.

Una experiencia argentina que marcó su visión del diseño
La travesía de Vergara no ha estado exenta de experiencias enriquecedoras fuera de Chile. Hoy radicado en Argentina, continúa con su taller en Chile y formó un segundo en Buenos Aires, el artista entró en contacto con una escena del diseño marcada por la creatividad y la revalorización de lo hecho a mano. Este contexto lo llevó a reafirmar su compromiso con la producción artesanal y a entender la importancia del relato detrás de cada objeto.
“El diseño en Argentina tiene un espíritu muy experimental y libre, algo que me inspiró a seguir explorando nuevas formas y materiales”, comenta. Este aprendizaje se reflejó en la evolución de Luzzia, que comenzó a incorporar elementos más arriesgados en sus propuestas, sin perder la identidad que la caracteriza.

La luz como expresión de identidad
Para Vergara, el diseño de iluminación es mucho más que la creación de objetos bellos. Su trabajo busca generar experiencias, provocar sensaciones y transformar espacios a través de la luz. En un mundo cada vez más digitalizado y estandarizado, su enfoque artesanal y personalizado representa un valor diferencial con productos que además entregan una manufactura y calidad de alto nivel.
Hoy, Lámparas Luzzia se ha posicionado como una de las firmas más destacadas en el ámbito del diseño lumínico en Chile, con proyectos que han iluminado desde residencias privadas hasta importantes espacios comerciales. Pero para Vergara, el desafío sigue siendo el mismo de sus inicios: continuar explorando, innovando y llevando la luz a nuevas dimensiones creativas.





Su oferta de diseños es variadas, de cada modelo, van saliendo nuevos y esto genera tener decenas de propuestas para sus clientes las que también pueden ser solicitadas a sus clientes.
«Muchos clientes nos piden hacer modificaciones en cuanto a colores o tamaños y eso también lo podemos trabajar en el taller para que finalmente las personas puedan adquirir el productos que quieren y necesitan para sus espacios»
Una trayectoria que fusiona arte, diseño y artesanía, Felipe Vergara se consolida como un referente en la escena del diseño chileno y hoy deja su huella al otro lado de la cordillera con su segundo taller. Con Luzzia, su visión sigue brillando con fuerza, iluminando no solo espacios, sino también el alma de quienes habitan en ellos.
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