Por Valeria Kahler Prosser
Arquitecta UDD
BIM Modeller Cert Autodesk
@vkdesign__
¿Cómo logramos que algo sea sostenible, cuáles son sus alcances, qué implica y sus diversos beneficios ? Comencemos por diferenciar dos conceptos que podrían confundirse.
La diferencia entre lo sustentable y “sostenible”
Lo sustentable se refiere a algo que se puede sustentar o defender con razones (RAE), y por otro lado, lo sostenible es lo que se puede mantener durante largo tiempo, sin agotar sus recursos.
Personalmente me gusta más el término sostenible = mantener en el tiempo sin agotar los recursos, porque me parece una buena premisa ¿no?
El término interiorismo se refiere al arte de acondicionar y decorar los espacios interiores de la arquitectura, ahora bien ¿de qué hablamos cuando hablamos de interiorismo sostenible? Hablamos de algo que tiene mucho potencial por estos días…
¡No se imaginan lo entretenido y armonioso que puede llegar a resultar! Pero, sin duda, lo más relevante es que no agota los recursos, es decir tiene una mirada mucho más consciente y acorde a los requerimientos que hoy tiene el planeta.
El interiorismo sostenible, trata de incorporar elementos reutilizados, reciclados o de origen responsable.
Estos materiales pueden incluir una variedad de colores, texturas y estilos. La idea es integrar esta tendencia como una forma de vida, donde la creatividad y la originalidad sean sus pilares fundamentales.
Casi siempre son elementos únicos reutilizados e idealmente incorpora muchos elementos naturales.
Por ejemplo, se les otorga una nueva vida a un objeto con historia que tiene valor propio, al ser “rescatado” y reutilizado con su misma funcionalidad (o con una nueva).
Muebles antiguos, elementos de la naturaleza como troncos, botellas y una infinidad de objetos. La idea es transformar para volver a utilizarlos como objetos decorativos y que sean originales, que otorguen carácter y personalidad a los espacios haciéndolos únicos.
El interiorismo sostenible, busca disminuir el consumo de elementos nuevos, por ende, se reduce la cantidad de desechos al reparar otros ya existentes, otro punto más a favor de nuestro planeta y de nuestra economía.
Ahora, no solo se trata de reutilizar, también implica adquirir productos cuya confección y materiales sean de origen natural y local, así como de pequeños emprendedores que utilizan fibras y materiales de la zona, lo cual ayuda a reducir la huella de carbono.
Te recomiendo:
Escoger materiales naturales, como madera o bambú en lugar de plásticos.
Privilegiar los artículos hechos a mano, los cuales a pesar de ser un poco más costosos representan una mayor durabilidad que los productos de fábrica.
Elegir tiendas de segunda mano. En estas locaciones se pueden encontrar muebles antiguos de fabricación propia.
Por último aplicar el “hazlo tú mismo”, experimenta, juega y dale una segunda vida a objetos que tienen su historia, te hará feliz ver cómo pueden darle una nueva vida a tus espacios.
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