- Casa J-1 (2016)
- Arquitectura: Román y Basualto Arquitectos
- Ubicación: Condomio Costa Cachagua, Zapallar, Valparaíso, Chile.
- Área intervenida: 350 m2 | 1245 m2 de Terreno
- Fotografías: Matías Román
El proyecto se presenta como un volumen lineal enmarcado en hormigón que se despliega de manera dinámica y fluida, variando su altura para crear una composición arquitectónica en constante movimiento. Esta obra se caracteriza por su enfoque en la relación entre forma y función, ofreciendo una visión moderna de arquitectura contemporánea.
La fachada principal se caracteriza por una serie de gestos y rasgos arquitectónicos que aportan dinamismo al conjunto. La disposición de vanos y aberturas en la elevación no solo permite la entrada de luz natural, sino que también contribuye a la creación de sombras y reflejos que enriquecen la experiencia interior del proyecto.
Se organiza en dos bloques longitudinales. El primer bloque, que constituye la base, presenta un diseño que varía en altura para adaptarse al contexto y ofrecer un soporte sólido. Sobre este bloque se monta un segundo volumen de hormigón, perfectamente proporcionado y alineado con las vistas al mar.
El segundo bloque, con su orientación estratégica, se convierte en un mirador que aprovecha al máximo las vistas hacia el mar y se extiende mediante la terraza del dormitorio principal hacia el horizonte, acompañándose también de las vistas a la montaña y el campo de golf.
El acceso principal del edificio se define como un elemento icónico que establece la primera impresión del proyecto. Desde el nivel 0, los visitantes son guiados a través de una escalera monumental que emerge del suelo, revestida con piedra local que armoniza con el terreno circundante.
Un vacío de doble altura que enmarca el cielo generando la
sensación de que la casa flotara y se mantuviera en constante equilibrio.
Los vacíos estratégicamente ubicados crean una serie de vistas enmarcadas que resaltan el paisaje, ofreciendo una serie de perspectivas cambiantes mientras se avanza hacia el interior.
Estos espacios abiertos no solo proporcionan una sensación de amplitud y ligereza, sino que también enmarcan y enfocan las vistas.







En el interior, se revela una cualidad dinámica que refleja los rasgos arquitectónicos de la fachada principal. Los espacios interiores están diseñados para cambiar y adaptarse a
medida que varía la luz natural a lo largo del día.
Los elementos arquitectónicos que se aprecian en la fachada principal se traducen en una serie de características interiores que permiten al espacio mutar en respuesta a la luz natural.
Las aberturas, vanos y detalles estructurales no solo sirven una función práctica, sino que también crean un juego de luces y sombras que transforman el ambiente interior. Esta interacción con la luz natural proporciona una experiencia espacial fluida y en constante cambio, donde la luminosidad y los reflejos cambian a medida que avanza el día.



0 comentarios