Una arquitectura que nace del paisaje, la observación y la síntesis. Nicolás Loi proyecta desde la esencia para transformar la vida cotidiana en experiencia arquitectónica. Con más de dos décadas de trayectoria, ha consolidado una arquitectura que privilegia la lógica, la simpleza y la calidez, a través de proyectos que se integran sutilmente al paisaje y reflejan una sensibilidad poco común. Esta es la historia de un arquitecto que ha hecho de la síntesis su lenguaje.
En una casa suspendida sobre pilotes en la costa de Tunquén, el viento marino se cuela entre los listones de madera, y la luz del atardecer pinta de oro las superficies interiores. No es solo una vivienda; es una conversación entre la naturaleza y la arquitectura, una de las tantas que ha entablado el arquitecto chileno Nicolás Loi a lo largo de su carrera.
Graduado de la Universidad de Chile y con un Máster en Arquitectura y Diseño Urbano de Harvard, Loi ha forjado una trayectoria que equilibra la rigurosidad académica con una sensibilidad profunda hacia el entorno y las personas. Su estudio, con sede en Santiago, se ha consolidado como un referente en el diseño de viviendas unifamiliares que dialogan con el paisaje, empleando materiales nobles y una estética contemporánea. «Nos gusta hacer proyectos de líneas simples, elegantes, puras, pero con carácter y calidez. Buscamos una arquitectura moderna, pero que a la vez se sienta doméstica», explica el arquitecto.
Una formación que trasciende fronteras
La formación de Nicolás Loi combina lo mejor de dos mundos: la solidez técnica y conceptual adquirida en la Universidad de Chile, y la visión global desarrollada en la Universidad de Harvard. Esta dualidad le ha permitido abordar proyectos con una mirada integral, considerando tanto el contexto local como las tendencias internacionales en arquitectura y urbanismo.

Durante su estadía en Estados Unidos trabajó en oficinas de Nueva York antes de regresar a Chile y fundar su propia oficina en 2002. Desde entonces ha diseñado y supervisado la construcción de más de 40.000 m2, abarcando casas individuales, condominios, edificios de departamentos, centros deportivos y culturales. «Haber trabajado en Estados Unidos fue clave para comprender otras formas de pensar la arquitectura y la ciudad. Pero siempre tuve claro que quería volver a Chile, aportar desde mi experiencia y crear proyectos que tuvieran un sentido profundo de pertenencia», comenta Loi.
El sello Nicolás Loi: hacer más con menos
Uno de los pilares fundamentales de su trabajo es la búsqueda de «lograr lo mayor posible con lo menor posible». Esta actitud austera y consciente se traduce en una arquitectura sustentable, donde cada muro, cada viga, cada ventana está pensada para aportar al todo. «Nuestro sello es lograr la mayor riqueza posible con la menor cantidad de elementos. Tiene que ver con la síntesis, con reducir y quedarse con lo esencial. Esa es la verdadera sofisticación», afirma.
Para Loi, la sustentabilidad no es solo una cuestión de eficiencia energética, sino una actitud de no malgastar, de diseñar con conciencia y claridad. «No se trata solo de usar paneles solares, sino de optimizar los recursos desde el diseño: aprovechar la orientación del sol, utilizar materiales durables, pensar cada espacio en función de su uso real.»
Un solo gesto arquitectónico
En los proyectos de Nicolás Loi no existe una separación radical entre arquitectura e interiorismo. «Una buena arquitectura no requiere diseño interior porque ya es buena por dentro y por fuera», sostiene. En su oficina, el diseño interior está incorporado desde el inicio, pensado como una extensión natural de la arquitectura.

Esa visión se traduce en el diseño de muebles integrados, cocinas con vistas en tres o cuatro frentes, materiales como el raulí o el hormigón a la vista, y un cuidado extremo en la relación entre elementos constructivos. «Generalmente trabajamos junto con el cliente todo el diseño interior. Para nosotros, es parte de la arquitectura. No concebimos una sin la otra.»
La innovación como rutina
En un mercado donde los materiales y procesos constructivos cambian con rapidez, Nicolás Loi apuesta por estar siempre al día. «Hemos estado trabajando con maderas termotratadas, paneles ZIP, hormigones prefabricados, estructuras metálicas y cubiertas nuevas», enumera. Esta exploración responde a un objetivo claro: reducir costos sin perder calidad, e incorporar tecnologías que beneficien la habitabilidad.

«Sobre todo hoy, donde la construcción se ha encarecido mucho, buscamos materiales que ofrezcan mejor performance con menor mantención. Muchas veces usamos en una obra un nuevo material, y si funciona bien, lo aplicamos en otras. Hay que estar muy atento al mercado, a las innovaciones.»
Obras que narran historias
Cada obra de Loi refleja esa búsqueda por el equilibrio entre lo lógico y lo espectacular. La Casa Lo Curro, por ejemplo, es un rectángulo simple que adquiere identidad a través de la materialidad y la relación con el paisaje. «Es un volumen sencillo, pero con el uso de diferentes materiales, luz, mobiliario y vistas, se logra algo único y lleno de carácter.»
La Casa Marbella, construida en una doble «L» para ajustarse a la topografía y abrirse hacia la piscina, combina estructuras delgadas con techos flotantes y pilares mínimos. Está ubicada dentro de un condominio con normativa estricta que exige casas blancas, lo cual se transformó en una oportunidad de diseño: «Tratar de hacer lo mínimo, la L blanca de hormigón y listo, pero con riqueza en los detalles, en la luz, en las proporciones.»
En Tunquén ha realizado varias viviendas que resumen su mirada. Una de ellas se levanta sobre pilotes, permitiendo que la topografía y el paisaje fluyan por debajo. Otra reubica el programa social en el segundo piso, para privilegiar las vistas al mar. «Buscamos que la arquitectura desaparezca un poco, y que la estructura misma se convierta en estética, en arquitectura pura.»

En un registro institucional, destaca el diseño de la sinagoga y centro comunitario NBI en Vitacura, una estructura que integra referencias culturales y eficiencia energética mediante una celosía metálica que recuerda la estrella de David y regula la iluminación natural. «Es una estructura hecha enteramente de diagonales, sin elementos verticales. Tiene un simbolismo espiritual, pero también una función climática y estructural.»
Reconocimientos y proyección
En 2011, Nicolás Loi recibió el Premio La Casa Porcelanosa Venis en la XIII Bienal Internacional de Arquitectura de Buenos Aires por la Casa Rodríguez Harvey en Tunquén. El proyecto fue valorado por su integración con el paisaje y su sensibilidad doméstica.
Su trabajo ha sido objeto de publicaciones en medios especializados nacionales e internacionales, posicionándolo como una figura destacada dentro de la arquitectura chilena contemporánea. Ha sido invitado a exponer en charlas y congresos, y su opinión es requerida en debates sobre vivienda, sostenibilidad y metodologías constructivas.
Además, ha impulsado una labor educativa mediante su blog «Consejos para construir tu casa», una herramienta valiosa para quienes enfrentan el desafío de levantar una vivienda desde cero. «Ahí explicamos todo: permisos, costos, roles del arquitecto y del constructor. Queremos que las personas tomen decisiones informadas, que sepan cómo aprovechar mejor el trabajo con un arquitecto.»

Nicolás Loi representa una visión de la arquitectura profundamente conectada con el entorno, con el usuario y con la belleza de lo esencial. Su obra no busca imponer, sino dialogar. Cada proyecto surge desde la observación, la escucha y la decisión consciente de reducir para potenciar.
Su estilo, que podría resumirse como «minimalismo cálido», desafía la rigidez del modernismo frío y propone un lenguaje donde la simpleza convive con la calidez, y donde la arquitectura se pone al servicio del bienestar.
En un panorama en constante transformación, donde la construcción debe responder a desafíos económicos, climáticos y sociales, la mirada de Loi se vuelve más vigente que nunca. Su capacidad para innovar sin excesos, para diseñar con inteligencia y sensibilidad, y para acompañar al cliente con pedagogía y claridad, lo posiciona como una opción idónea para quienes buscan una arquitectura humana, eficiente y con alma.
Para conocer más sobre su trabajo visita loi.cl y revisa los siguientes proyectos destacados que presentamos a continuación en Rúa Salón.
Casa Marbella (2019)

Localización: Marbella,
Superficie: 380 m2
Arquitecto: Nicolás Loi
Colaboradores: Paula Anabalón, Emerson Huenchuñir
Ambientación: Lorena Gracia
Paisajismo: Carmen Reinschmidt
Fotografías: Marcos Mendizabal
Ubicada en el exclusivo condominio Marbella, junto a Maitencillo, esta casa responde a la normativa del lugar que exige fachadas blancas, transformando la restricción en una oportunidad para explorar la pureza formal. Organizada en doble «L», el proyecto estructura un patio central con piscina y quincho. Los voladizos y pilares mínimos generan un juego de luces y sombras que dinamizan la geometría simple. Loi cuidó detalles como los espesores de losa y la continuidad entre espacios interiores y exteriores para reforzar la sensación de ligereza y fluidez.
El proyecto se desarrolla en un terreno que enfrenta una cancha de golf, generando un volumen principal de doble crujía con los recintos principales mirando hacia la cancha. El volumen secundario alargado contiene la zona de servicio hacia patio trasero, y la zona de Quincho hacia patio delantero.
Se trabaja con volúmenes precisos, rectos, funcionales, y generados a partir de líneas sencillas y puras, y conectados entre sí de una forma fluida y natural, respondiendo al modo de habitar en una segunda vivienda. La madera al interior busca lograr mayor calidez y contraste con la cáscara blanca del proyecto.



Casa Lo Curro (2011)

Localización: Condominio La Boca, Tunquén
Arquitecto: Nicolás Loi
Superficie Terreno: 5.000 m2
Superficie Construida: 140 m2
Calculista: Pedro Escobar
Constructora:Dédalo Ltda.
Fotografías: Marcos Mendizabal
Emplazada en un terreno de pendiente pronunciada en Santiago, esta vivienda responde a la complejidad del sitio mediante una solución formal simple pero poderosa: un volumen rectangular que se posa sobre una plataforma existente. Construida con hormigón a la vista, madera natural y placas metálicas, la casa busca integrarse al entorno a través de la materialidad y las proporciones.
Loi diseñó módulos interiores a medida, reforzando su concepto de que arquitectura e interiorismo son un todo indivisible. La relación fluida entre interior y exterior se traduce en patios, terrazas y ventanas que capturan la luz y el paisaje de manera magistral.
Este diseño busca lograr un equilibrio entre lo abstracto y lo natural, o entre abstracción y materia; utilizar una geometría lo más sencilla, pura y abstracta posible, pero concretarla de manera que los materiales se expresen de manera cercana, cálida, comprensible y asimilable al usuario.




Casa Tunquén 1 (2010)

Localización: Condominio La Boca, Tunquén
Arquitecto: Nicolás Loi
Superficie Terreno: 5.000 m2
Superficie Construida: 140 m2
Calculista: Pedro Escobar
Constructora:Dédalo Ltda.
Fotografías: Marcos Mendizabal
Este proyecto, galardonado con el Premio La Casa Porcelanosa Venis en la XIII Bienal Internacional de Arquitectura de Buenos Aires, está emplazado en un terreno rocoso en el borde costero de Tunquén. Loi optó por una volumetría que acompaña el perfil del terreno, minimizando las intervenciones. El diseño incorpora grandes superficies vidriadas hacia las vistas principales, con protecciones solares estratégicamente dispuestas para controlar la radiación y mantener la eficiencia térmica. La paleta de materiales -hormigón, madera, acero- refuerza la conexión con el paisaje agreste.
La situación geográfica y de orientación del terreno determina el diseño de la casa, pues ésta debe abrirse hacia el sur para captar las vistas al paisaje marítimo, y a su vez debe orientarse también hacia el norte o parte “trasera” de la casa para captar la luz solar. Para lograr esto, se configura un diseño basado en 3 componentes:
- Una estructura reticular de pilares y vigas de madera que sirve de base del conjunto y que alberga y protege del viento a los espacios intermedios y exteriores de la vivienda (acceso y terrazas).
- Tres volúmenes insertos dentro de esta trama, que contienen los espacios más importantes de la vivienda – estar y dormitorios -, y que, al poseer mayor altura, captan la luz norte por la parte “trasera” de la vivienda durante todo el día.
- Tres volúmenes de servicio asociados a cada uno de los 3 espacios principales de la vivienda (cocina y baños).
De esta manera también se da solución a las necesidades del cliente, quien requería de un espacio integrado de living-comedor y cocina, una terraza exterior protegida del viento, una habitación principal, y un segundo dormitorio para visitas separado completamente del dormitorio principal por razones de privacidad y acústica.




Casa Tunquén 2 (2012)

Localización:Condominio Punta del Gallo, Tunquén
Superficie Terreno: 5.000 m2
Superficie Construida:250 m2
Calculista: Pedro Escobar
Constructora: Dédalo Ltda.
Fotografías: Marcos Mendizabal
Esta vivienda de playa, emplazada en un sector de acantilados de Tunquén, fue concebida con un profundo respeto por el paisaje costero. Ante la particularidad de que las mejores vistas se orientaban hacia el sur, mientras que el sol provenía desde el norte, Nicolás Loi optó por una estrategia de diseño poco convencional: situar las áreas públicas —living, comedor y cocina— en el segundo piso, elevándolas para maximizar las visuales hacia el océano. El primer nivel, reservado para dormitorios y servicios, funciona como una base contenida y más cerrada.
La estructura, construida principalmente en madera expuesta y tratada, busca integrarse con el entorno natural mediante el uso de materiales nobles y de bajo mantenimiento. Uno de los gestos más distintivos es el uso de «cubos» o volúmenes limpios que, a través de sutiles desplazamientos y separaciones, permiten entradas controladas de luz y ventilación, logrando un microclima interior confortable.

La estética general apunta a la desaparición de la arquitectura como objeto: los sistemas constructivos y la expresividad de la estructura misma se convierten en el lenguaje del proyecto. «Tratamos de hacer que la arquitectura desaparezca un poco, y que la estructura misma se convierta en estética», comenta Loi. El resultado es una casa que, siendo absolutamente contemporánea, se siente ligera, atemporal y perfectamente integrada en su paisaje marino.
La materialización final es un resultado de la técnica constructiva en madera; de forma similar a cómo una caja de madera o un pallet están fabricados, la generación de espacios se crea a través del apilamiento o encuentro cruzado de un elemento de madera con el que le sigue sucesivamente en la lógica constructiva de la madera.
El resultado es que los mismos elementos constructivos son los que generan la arquitectura, y la arquitectura como “diseño” tiende a “desaparecer”, y convertirse en “construcción”. De este modo, se intenta que la arquitectura “elimine” más que “agregue”, siendo una técnica de reducción más que de adición, para que la técnica constructiva sea la protagonista del resultado formal.



Sinagoga y Centro Comunitario NBI (2017)

Superficie: 3.800 m2
Arquitecto: Nicolas Loi
Cálculo: Pedro Bartolomé
Iluminación: Paulina SIr
Construcción Obra: Constructora Pitagora
Fotografías: Marcos Mendizabal / Aryeh Kornfeld
El Proyecto consiste un Centro Comunitario y Sinagoga para la comunidad NBI, que contiene una Sinagoga Principal y diversas salas para actividades culturales y religiosas. Además contiene oficinas e instalaciones administrativas de la comunidad. El recinto alberga todas las actividades de la Comunidad, en general reuniones y actos de entre 300 y 400 personas.
Diseñado para la Comunidad Bnei Israel en Vitacura, este proyecto combina una profunda carga simbólica con criterios estrictos de eficiencia climática y constructiva. El edificio presenta una estructura metálica de diagonales que evocan la estrella de David y que, al mismo tiempo, funciona como celosía para filtrar la luz solar.
El gran «vitral tridimensional» se convierte en el corazón simbólico y funcional del conjunto, favoreciendo un uso flexible del espacio interior tanto para ceremonias religiosas como para eventos comunitarios. El proyecto se destaca también por su sofisticado manejo de la luz natural y la ventilación pasiva.








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