Un enfoque fresco y sofisticado que mezcla lo moderno con toques del pasado y una clara inspiración de aires mediterráneos este joven interiorista encanta con diseños funcionales, simples y sumamente acogedores, agregando detalles marcados por la artesanía y las antigüedades.
Con una visión que equilibra lo funcional y lo estético, Sebastián Valenzuela ha irrumpido en la escena del diseño de interiores con un enfoque fresco y sofisticado. Su capacidad para fusionar la simpleza del minimalismo con la calidez del estilo mediterráneo le ha permitido posicionarse como una de las jóvenes promesas del rubro.
Tanto en su natal Talca como con proyectos exclusivos en Santiago, su nombre resuena como sinónimo de creatividad, atención al detalle y una profunda conexión con sus clientes. «Cada espacio debe contar una historia y transmitir bienestar», afirma con convicción, para iniciar este recorrido en Rúa Salón que parte en sus primeros años por las numeradas calles de la ‘ciudad del trueno’.
El origen: talento innato
Desde muy joven, Sebastián demostró una sensibilidad especial por los espacios y su organización. Criado en Talca, en el corazón de la región del Maule, encontraba en la observación de las casas de sus amigos y familiares una fuente inagotable de inspiración.
«Siempre me fijé en cómo estaban organizados los espacios, en cómo cada objeto tenía una relación con el conjunto», recuerda. Esa curiosidad lo llevó a transformar su propio entorno: movía muebles, reorganizaba bibliotecas y daba consejos de decoración incluso antes de haber tomado su primer curso formal.

Su primer acercamiento académico al mundo del diseño fue a través de la construcción civil, carrera que inició en la Universidad Católica. Sin embargo, la rigidez de esa disciplina no lograba saciar su deseo de crear. Fue entonces cuando, motivado por el interiorista Cristián Preece y una serie de cursos especializados en diseño de interiores, decidió dar un giro radical a su camino profesional. Actualmente, está culminando su grado en arquitectura vía Magíster en Arquitectura, Energía y Sustentabilidad en la misma universidad, una formación que le ha permitido expandir su visión sobre el diseño y la funcionalidad de los espacios.
El compromiso social: su experiencia en Voluntariados
Más allá de su carrera en el diseño y la arquitectura, Sebastián Valenzuela ha demostrado un profundo compromiso social a través de su participación voluntariados, partiendo en Trabajo País, una iniciativa de la pastoral de la Universidad Católica, finalizando con su último trabajo en el Amazonas, en la zona de Iquitos, donde se reconstruyó una posta de salud y él estuvo a cargo de la arquitectura junto a Ignacia Hurtado. Ahí se reflejó el talento de Valenzuela, logrando crear objetos en el interior de la posta con los mismos materiales del lugar con el propósito de hacerlo auténtico y más acogedor.
Inició como jefe de construcción de una zona de Melipilla, culminando como jefe de construcción nacional en este programa. Así, tuvo la oportunidad de liderar proyectos en comunidades vulnerables, donde su creatividad y conocimientos en diseño encontraron un propósito aún más significativo.
Uno de sus trabajos más importantes en este contexto fue la construcción de una capilla en la isla de Quemchi, en Chiloé, donde coordinó a voluntarios junto a Josefina de la Fuente y trabajó directamente con los habitantes locales para desarrollar soluciones arquitectónicas funcionales y sustentables.
«Fue una experiencia que me marcó profundamente. Entendí que el diseño no solo embellece espacios, sino que también puede transformar vidas y fortalecer comunidades», comenta.
El impacto de su voluntariado no solo ha influido en su visión del diseño, sino también en su red de contactos. A partir de estas experiencias, Sebastián construyó lazos con artesanos locales, incorporando en sus proyectos elementos hechos a mano y promoviendo el trabajo de pequeños productores.
«Me di cuenta de que cada material, cada textura y cada objeto tiene una historia detrás y que el verdadero lujo está en lo auténtico», afirma.
La influencia de la arquitectura en su diseño de interiores
A diferencia de muchos interioristas autodidactas, la sólida formación que ha tenido Sebastián Valenzuela le ha permitido abordar sus proyectos con una perspectiva integral. Su conocimiento en estructura, materiales y eficiencia espacial le otorga una ventaja clave al momento de diseñar interiores, asegurando que cada intervención sea estéticamente impactante pero también funcional y bien construida. «No basta con que un espacio se vea bonito, debe ser cómodo, eficiente y responder a las necesidades reales de quienes lo habitan», explica.

Su enfoque arquitectónico también le ha permitido trabajar con mayor precisión en la planificación de sus proyectos. La modelación digital en programas como Revit o SketchUp le permite presentar a sus clientes una visión clara del resultado final antes de la ejecución, minimizando errores y optimizando los recursos. Además, su experiencia en sustentabilidad lo ha llevado a priorizar el uso de materiales nobles y técnicas de construcción responsables con el medio ambiente, generando espacios que combinan diseño y conciencia ecológica.
Su filosofía: simpleza y emoción
Si algo distingue el trabajo de Sebastián Valenzuela, es su capacidad de conectar con las emociones de sus clientes. «No decoro por ostentar, sino para hacer sentir bien a las personas», enfatiza. Para él, un buen diseño no solo es estéticamente atractivo, sino que también debe reflejar la esencia de quienes habitan el espacio. «No se trata de llenar una casa de objetos bonitos, sino de darles un propósito», añade.
Su metodología comienza con una profunda conversación con el cliente, en la que busca entender sus necesidades, sus historias y sus sueños. Luego, desarrolla una carta de presentación y un detallado presupuesto. Trabaja con referencias cuidadosamente seleccionadas y, gracias a su formación en arquitectura, es capaz de modelar digitalmente cada propuesta para asegurar la armonía y funcionalidad del diseño antes de su ejecución.
Uno de los pilares fundamentales de su estilo es la atención al detalle. Desde la selección de textiles hasta la curaduría de objetos decorativos, cada elemento es escogido con un criterio que combina lo artesanal con lo contemporáneo. Valenzuela ha construido una red de proveedores nacionales que le permite acceder a piezas únicas y de alta calidad, como cestería de Chiloé, maderas nativas trabajadas por artesanos locales y luminarias antiguas recuperadas.
Artesanía
Para este interiorista no solo está en la visión creativa, sino también en la colaboración con expertos que materializan sus ideas. Con esto siempre en mente, su trabajo se nutre de una red de proveedores y artesanos de diferentes regiones de Chile, a quienes ha seleccionado con minuciosidad.
Entre sus principales colaboradores está Bastián Luna, un maestro en terminaciones de madera que ha ejecutado diseños exclusivos para sus proyectos y con quien tiene una relación de colaboración continua, lo que le permite materializar sus ideas al pie de la letra.
Además trabaja directamente un recolector de antigüedades de Talca que provee piezas únicas con historia; y con artesanas de Chiloé especializadas en cestería tradicional.
«Me gusta trabajar con personas que sienten pasión por lo que hacen, porque eso se nota en cada detalle del proyecto», comenta Sebastián.
Estas colaboraciones le permiten ofrecer a sus clientes espacios con identidad, donde lo artesanal convive con lo moderno en perfecta armonía. «Cada proyecto es un trabajo de equipo, y sin ellos nada de esto sería posible», afirma.

Referentes e inspiraciones
El estilo de Sebastián Valenzuela está profundamente influenciado por destacados diseñadores y arquitectos tanto nacionales como internacionales. Entre sus mayores referentes en Chile destacan Anita Domínguez, conocida por su dominio de la iluminación y el equilibrio de los espacios, y Pamela Krinfokai, cuya aproximación romántica y atemporal a la decoración lo ha inspirado desde temprana edad.
A nivel internacional, Sebastián admira al interiorista y estilista Olga Gil-Vernet, reconocida por sus constantes publicaciones en una popular revista y al renombrado Steve Cordony, maestro del diseño sofisticado y detallista. Además, encuentra inspiración en el estudio McGee, un referente en diseño funcional y estética contemporánea. Estos y otros nombres han sido clave en la construcción de su identidad profesional, permitiéndole explorar una estética que es tanto refinada como accesible.


Arquitectura en la mira
Si bien ha despegado en el mundo del diseño de interiores, Sebastián Valenzuela no deja de lado su ambición dentro del campo de la arquitectura. Su objetivo es integrar ambas disciplinas de manera fluida, diseñando espacios donde la estructura y la decoración dialoguen en perfecta armonía. «Me interesa que la arquitectura y el interiorismo no sean dos procesos separados, sino un todo coherente desde la concepción de un proyecto hasta su ejecución», señala.
A futuro, Sebastián sueña con desarrollar su propio estudio de arquitectura e interiorismo, donde pueda liderar proyectos desde la planificación estructural hasta los detalles decorativos finales. También tiene un especial interés en la construcción en madera y la eficiencia energética, áreas en las que ha profundizado a través de su magíster. «Quiero aportar al desarrollo de una arquitectura más sustentable en Chile, donde los espacios no solo sean hermosos, sino que también sean responsables con el entorno y con quienes los habitan», concluye.

Futuro: independencia y expansión
Sebastián tiene una visión clara para su futuro. Su objetivo principal es consolidar su independencia profesional con un estudio propio que le permita manejar una cartera de proyectos aún más ambiciosa. Además, planea diversificar su portafolio incursionando en el diseño de espacios comerciales, restaurantes y hoteles, áreas que le ofrecen nuevos desafíos creativos y oportunidades de crecimiento.
Y mientras termina su propia vivienda en la playa junto a su pareja, a largo plazo, también sueña con desarrollar una línea de mobiliario exclusiva, donde cada pieza refleje su sello distintivo de simplicidad, funcionalidad y calidez. «Quiero que mi trabajo trascienda, que las personas sientan que el diseño puede mejorar su calidad de vida», comenta con determinación.
Sebastián Valenzuela representa la nueva generación de diseñadores de interiores en Chile, con una mirada innovadora y un profundo respeto por la esencia de los espacios.Su trabajo se distingue por la mezcla de materiales nobles, el equilibrio entre lo moderno y lo artesanal, y una sensibilidad única para interpretar los deseos de sus clientes.
Su filosofía de diseño gira en torno a la armonía y la funcionalidad, priorizando siempre la simpleza y la elegancia atemporal. Cada proyecto es concebido como una obra única, donde cada detalle suma valor y significado.



Gracias a su actual formación arquitectónica, su capacidad de planificación y su compromiso con la sustentabilidad, Sebastián está trazando un camino en el que el diseño no es solo una expresión artística, sino una herramienta para mejorar la vida de las personas, consolidándose como un creador que no solo embellece espacios, sino que transforma la manera en que las personas los habitan. Cada uno de sus proyectos refleja su meticulosa atención al detalle y su capacidad para interpretar los espacios de manera armoniosa. A continuación, se presentan cuatro proyectos icónicos que encapsulan su estilo y visión.

CASA CP
Ubicada en la exclusiva zona de Marbella, esta casa de 350 metros cuadrados fue un reto tanto en escala como en diseño. Sebastián fusionó su conocimiento en arquitectura e interiorismo para transformar una vivienda en un refugio sofisticado y funcional.
El proyecto incluyó una remodelación completa, incorporando materiales naturales como piedra, madera y textiles orgánicos. La distribución de los espacios fue optimizada para aprovechar la luz natural de los grandes ventanales conectan el interior con el entorno.
El mobiliario, diseñado en su mayoría a medida, resalta la filosofía de Sebastián: elegancia sin ostentación. «Quería que cada rincón contara una historia, que los materiales hablaran por sí solos y que la casa se sintiera como un refugio cálido y atemporal», explica el interiorista.




DEPARTAMENTO HD
Este Departamento, ubicado en Vitacura, representó un punto de inflexión en la carrera de Sebastián Valenzuela. La propietaria, Paula Didyk, confió plenamente en su visión, permitiéndole crear un espacio que equilibrara la modernidad con la calidez del hogar.
Para este proyecto, Sebastián trabajó junto al arquitecto Santiago Bruzzone. El interiorista tomó la decisión de usar una paleta de colores neutros, destacando tonos tierra y materiales nobles como la madera y el lino. El mobiliario fue seleccionado meticulosamente, integrando piezas de diseño exclusivo con elementos artesanales. La iluminación jugó un papel fundamental, logrando una atmósfera acogedora y elegante.
«El desafío era crear un departamento que no solo se viera bien, sino que transmitiera tranquilidad y confort. Cada pieza fue elegida con la intención de generar un espacio de armonía», comenta Valenzuela.




CENTRO DE PILATES MAGNOLIA
El Centro de Pilates Magnolia, ubicado en el inte- rior del reconocido Estadio Español de Talca, fue el primer proyecto comercial de Valenzuela, donde tuvo la oportunidad de combinar funcionalidad y estética en un espacio diseñado para el bienestar.
Desde el inicio, los propietarios le otorgaron carta blanca para la propuesta estética. Valenzuela optó por una base de tonos neutros, texturas suaves y un mobiliario con líneas orgánicas. Se incorporaron espejos estratégicamente ubicados para ampliar el espacio y potenciar la iluminación natural, inspirados en arcos de la estética mediterránea.
Otro de los aspectos más distintivos fue la elección de luminarias: lámparas antiguas de lágrimas que añadieron un aire romántico y elegante, sin perder la esencia minimalista del lugar.
«Diseñar un espacio comercial significó un desafío distinto, pero quise mantener mi sello: simpleza, calidez y detalles que marcan la diferencia», señala.




CASA DE LA ABUELA
Uno de los proyectos más personales y significativos para Sebastián fue la remodelación de la casa de su abuela en Talca. Este proyecto fue un ejercicio de memoria y respeto por la historia familiar, donde logró modernizar los espacios sin perder la esencia del hogar.
El enfoque estuvo en restaurar elementos arquitectónicos originales, como puertas y vigas de madera, combinándolos con una selección de mobiliario contemporáneo. Se buscó generar una atmósfera acogedora con textiles en tonos cálidos, piezas de cestería artesanal y detalles en piedra y cerámica.
«Este proyecto fue un viaje emocional. No solo era un diseño, sino una manera de honrar la historia de mi familia y crear un espacio donde mi abuela se sintiera cómoda y feliz», expresa el interiorista.




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