La diseñadora de interiores Katherine Rahal ha sabido ganarse un espacio entre las más destacadas profesionales de su área gracias a su arduo trabajo, su estilo único y en constante evolución y un carisma especial. Sus raíces libanesas y la influencia de la cultura árabe y musulmana se notan en muchos de sus diseños que logran alcanzar cierto grado de atemporalidad gracias a un impecable uso de texturas y profundidades que siempre parecen tener un sello muy particular.
Se define como una interiorista camaleónica que ha sabido ir avanzando con su carrera y clientes, lo que la ha llevado también a liderar importantes proyectos comerciales y turísticos que han logrado destacar gracias al sello de Katherine y su equipo.
La ex directora de AdDi Chile nos cuenta parte de su historia llena de recuerdos, familia, colores, dibujos, tendencias y arte en esta entrevista de Rúa Salón.
Nos gustaría poder conocerte un poco más ¿Podrías relatarnos sobre tu niñez, adolescencia y cómo en este camino, el interiorismo y el diseño comienzan a tomar protagonismo?
Desde muy niña me atrajo mucho más el área artística que otras, en el colegio me destaqué en artes, los colores, espacios y texturas, mis lápices y mis dibujos me acompañaban siempre, era muy buena para las artes plásticas y manualidades. Tuve influencias muy fuertes por parte de mi familia, hay 4 arquitectos. Mi abuelo amaba la estética y las buenas cosas, siendo un hombre muy austero valoraba las cosas bien hechas desde el principio. Crecí jugando en la casa de mis abuelos maternos (en Jardín del Este, Vitacura) era modernísima y con las características propias de la calle Espoz. Esto en contraste con la casa de mis abuelos paternos la cual estaba a medio construir posguerra civil el año 48 en Beirut. Esa casa la conocí por fotos y luego la visité el año 2007. Imagínate toda esa información dando vueltas en mi cabeza cuando era niña.
Además mi mamá estuvo mucho tiempo dedicada al rubro de la moda y se rodeó de muchos amigos artistas, lo que tempranamente despertó en mí una pasión por lo estético.
En plena adolescencia, llena de contradicciones, me di cuenta del bienestar que provocan los espacios y me prometí que cuando grande trabajaría en algo relacionado a la arquitectura, Viví en un mágico mundo, construido en base a dibujos y creatividad. Estaba todo el día haciendo manualidades, pintando, jugando con colores y leyendo libros de arte. Soy curiosa y, en parte, cambiante por naturaleza.
Quise estudiar Arquitectura pero finalmente terminé en Diseño de Interiores, no podría haber elegido una carrera que me calzara mejor.
¿En varias publicaciones hemos descubierto que tus orígenes están en oriente medio ¿cómo crees que esto influyó esto en tu gusto por el diseño?
Amo mi sangre. Estoy muy orgullosa de mis raíces y poder entregar lo que llevas dentro de alguna manera es dar gracias a la vida. Soy mitad libanesa, mitad palestina y primera generación acá. Mis papás llegaron siendo chicos a Chile. En cierta forma son cosas que no piensas, van en tu adn.
Estudiando el diseño islámico, el cual está presente en todo medio oriente, siempre me sentí atraída por todos sus colores, ornamentos, marqueterías y nivel de detalles. Eso influyó fuertemente en mí sello.
Técnicamente trabajo los colores de medio oriente en mis paletas y algunos diseños islámicos que incorporo sutilmente y de manera moderna en mis proyectos. Mucha madera y textiles con colores cálidos, y detalles decorativos con un poco de brillo estratégicamente dispuestos. Los arquitectos e interioristas libaneses son mundialmente reconocidos por su gran creatividad, ellos son una tremenda fuente de inspiración para mí.
¿Cómo plasmas ese ADN hoy en tu trabajo?
En la adversidad nunca bajo los brazos, soy sumamente luchadora y trabajadora, no conozco la frase “no puedo”, como el ave Fénix me reinvento las veces que sea necesario. Soy una mujer de mucha piel, sensaciones, olores, todo lo que es visual y genere sensaciones me seduce y lo devuelvo con amor…en distintos formatos: comidas con los amigos, una buena conversación con música en casa, horas de teléfono con los que están lejos, una carta a la antigua…
Respecto de mi vida diaria, mis clientes terminan siendo amigos, me han dicho que soy una persona cariñosa, si bien yo me siento cada día más reservada, genero instancias de buenos encuentros y mis proyectos resultan sumamente acogedores para mis clientes, que se ven reflejados en ellos.
La cercanía con el cliente, la información que manejamos, estamos muy actualizadas en tendencias a nivel mundial, aportamos una mirada fresca, distinta, innovadora.
El manejo de materiales y tecnologías actuales y disponibles para el interiorismo.
También la flexibilidad para desarrollar proyectos de distinta índole y distintas ubicaciones geográficas. Manejamos un desarrollo de proyectos bastante exigente, buscamos diferenciarnos, no nos gustan los moldes, cada proyecto es único en su clase. Nuestros proyectos tienen algo que contar, una historia, una base, un sustrato que lo hace tener un peso específico que se nota. Usamos texturas y colores, pero también nos gustan las bases neutras, siempre estamos informándonos de los últimos materiales y tendencias internacionales, nuestra mirada está puesta detrás de la cordillera, pero al mismo tiempo fusionado con lo que está pasando en Chile.
¿Cómo vives el diseño y el interiorismo?
Para mí el diseño y el interiorismo está relacionado con todo. Es parte de mi vida, no hay una Katherine que parta y termine en la oficina, mi trabajo es parte de mí y desde que me levanto está presente tanto en mi estilo de vestir, en el interior de mi casa, los platos, las tazas, los colores que están pintadas mis murallas. Me inspiro mucho en la naturaleza, sus texturas y en los viajes. Amo observar lo que me rodea, experimentar, viajar, apenas llego de un viaje ya estoy pensando dónde va a ser el próximo.
En esos viajes aprovecho de nutrirme de las últimas tendencias y conocer quiénes son los actores principales del mundo de la arquitectura e interiorismo, este año estuve en la oficina de Marcio Kogan, uno de los mejores exponentes de la arquitectura brasileña, él y su mano derecha la interiorista Diana Radomysler me recibieron con los brazos abiertos un día entero, los acompañé a visitas de obra, aprendí cómo abordaban sus problemáticas y los proyectos y terminé comiendo con ellos en su casa, un lujo saber y sentir que estamos tan cerca con tremendos profesionales.
Otra cosa que me encanta es la fotografía, saco miles de fotos, detalles en macro para ver patrones, texturas, colores, la gente, muchas fotos de puertas, calles y fachadas. Saco fotos de todo lo que me vaya inspirando en el camino y bueno, hoy es inevitable que extrañe estar leyendo un montón de revistas, porque amo el papel y encuentro que no hay nada como las ediciones impresas, a pesar de que soy una geekie en lo que respecta a tecnología e internet. Navego todo el día, pero el papel es incomparable y por eso siempre que puedo y donde encuentre, ya que cada vez están más escasas, traigo revistas de todo tipo, de todas partes, soy una lectora y observadora innata, 100% visual.
¿Cómo definirías tu estilo? ¿Cuál es el sello de Katherine Rahal en sus proyectos?
Uy, difícil… Soy súper camaleónica, flexible, me encantan los cambios, me adapto al escenario que me toque, quizás la palabra es ecléctica. ¡Soy un mix, entre clásica y rockera, entre hippie y chic!
Mi carrera partió en 1996, y desde entonces he ido evolucionando en el mundo del interiorismo, no sólo en la forma cómo concibo un proyecto, sino también en la forma de ver todo como un enfoque integral. Desde esta perspectiva, me he perfeccionado con el fin de brindar una asesoría completa, abarcando todos los elementos que se conjugan al elaborar un proyecto, hoy trabajamos prácticamente codo a codo con los mandantes y oficinas de arquitectura especificando los proyectos desde el inicio hasta la entrega. Profesionalmente estamos siempre innovando en materia digital y nos hemos ido adaptando a los tiempos. Las presentaciones cada vez son más realistas y los clientes exigen poder visualizar los espacios finales virtualmente. La calidez en el trato personalizado y eficiencia es también parte de nuestro sello en el desarrollo de proyectos.
¿Cuál es tu espacio favorito para intervenir dentro de una casa?
¡Otra pregunta difícil! Tengo más de un espacio favorito…pero me fascina el living, encuentro que es el espacio más entretenido para jugar y plasmar a mis clientes. Me encanta salirme de lo clásico, mezclando atrevidamente ideas, muebles, cosas clásicas con modernas, arte y esculturas. A veces un par de hojas antiguas te pueden hacer un cuadro espectacular.
Dentro de estos espacios favoritos y en mi eclecticismo, me mata diseñar espacios donde reina el relajo de lo rustico chic, casas blancas, con postigos de madera, lino, colores arena y negros… mezcladas con detalles simples, orgánicos y puros. Y me mata diseñar espacios modernos, glamorosos, ricos en texturas (cuero, metales, piedras), espejos, detalles medios rupturistas y “rockeros” como les digo yo…
Muchos clientes sueñan con lograr tener una casa como la que ven en una fotografía ¿Se puede realmente tener una casa piloto?
Se puede, pero más que una casa piloto yo les sugeriría espacios donde se viva y se interpreten ellos mismos. Finalmente son ellos quienes los habitan.
Es increíble en este trabajo como conoces a la gente, nos convertimos casi en psicólogos decorativos (así le puse), reconoces a las personas por la forma en la cual se entregan al proyecto. Lo logras cuando empatizas con sus requerimientos y aportas lo tuyo, respetas su estilo, su patrimonio y le entregas tu mirada y visión.
Entonces una casa piloto se puede, pero sin todo lo que te conté antes resulta en algo lindo, pero frío e impersonal, sin alma.
¿Cuáles son tus consejos para las personas que están pensando en un cambio? ¿Por dónde partir? ¿Cuál debería la prioridad?
La prioridad es contar con un profesional, hoy para vivir en armonía en el interior no se concibe no tener la ayuda profesional, el interiorismo se ha democratizado.
Es demasiado importante que ese profesional te ayude a tener una imagen mental clara de lo que les gustaría lograr, muchos no saben y tienen ideas sueltas, para “armar el puzzle” hay distintas formas de descubrirlo, como diseñadora tengo hecho algunos métodos para ir captando por donde se van identificando con un estilo mis clientes.
Segundo, entender que nada bueno puede resultar con apuro, todo toma tiempo, maduración, la etapa de desarrollo inicial es la más lenta. Esto es creatividad, es arte, no sale del horno en 1 hora.
Tercero, un buen diseño interior siempre te aportará distinción, te entregará experiencias a los sentidos, te hará recordar, soñar y disfrutar el espacio que habitas o disfrutes de paso. Siempre quedará en tu memoria esa foto mental del espacio, un olor te traerá a la memoria ese recuerdo, eso es el diseño, no es sólo un mueble, un color, una textura, elementos, es la mezcla de ellos realizada de manera simple pero que magistralmente se queda para siempre. ¡El factor WoW! como le llamo.
Desde un punto de vista más decorativo ¿Qué piensas es el infaltable en una casa? por ejemplo: arte, alfombra, iluminación.
Para mí hay varios ítems que no transo mucho, entre ellos la iluminación, una mala iluminación te puede destruir un proyecto.
El arte es parte esencial de la vida, siempre insto a mis clientes a apreciar el buen arte, para los muros y la casa en general es importante contar con pinturas, grabados, instalaciones y esculturas. Aparte de los artistas chilenos consagrados, hoy hay artistas chilenos emergentes de excelencia. Una casa sin arte es como que le faltara “algo”.
Estamos comenzando el 2023 ¿cuál es la tendencia de este año?
Hoy el hombre está retomando el deseo de tener de elementos naturales y nobles a su lado, lo orgánico, la biofilia (incorporar lo verde y la naturaleza en los interiores) además del rescate de algunos elementos tradicionales que hoy recobran vida y que marcan pauta en Europa.
Lo clásico jamás pasa de moda y lo entretenido es jugar con la mezcla hacia lo contemporáneo, intentando recuperar el valor de lo ancestral y, por supuesto, integrarlo con lo mejor de las nuevas tecnologías.
Upcycling, recycling son palabras que hoy suenan lejanas pero que en interiorismo se están viendo cada minuto más cercanas. Estamos conscientes de que no todo se desecha.
Los sofás con curvas y contracurvas, muebles redondos, cocinas redondas, formas orgánicas. Tapizados en lana, bouclé, muy sesenteros, fieltros y paños para el invierno, costuras a la vista, eso viene muy fuerte. La decoración hoy día no es una decoración estática, que no se toca; es una decoración que se vive, que se usa.
Pasando a la vereda de lo comercial ¿Cómo vez la evolución del diseño e interiorismo en espacios públicos? ¿Se nota en nuestro país un avance en estos rubros en pos de las mejoras de diseño en comparación a años anteriores?
Creo que aún falta muchísimo por crecer en esta área. Si bien hay excelentes oficinas de arquitectura comercial, siento que hay un tira y afloja, por una parte las oficinas se esmeran en innovar y aportar, pero son los clientes los que tienen que evolucionar en materia de confianza y de presupuesto, debe existir un real interés por parte de los mandantes para avanzar en pos de mejorar.
También pasa que Chile es un mercado chico, faltan materiales innovadores, falta aporte en este sentido.
¿Es el interiorismo una inversión en un proyecto comercial?
Absolutamente, hoy los clientes demandan excelencia, estética, atractivo, ambiente! Imagínate un buen restaurant o un hotel sin onda… no existe. Tenemos la tremenda responsabilidad de generar sensaciones, de hacer que la gente vaya, que “ese “ lugar se convierta en algo icónico donde todos quieren estar, sacarse fotos y pasarlo bien. La rentabilidad es cosa de tiempo y de eficiencia en la operación del negocio mismo.
Fotografías gentileza @katherinerahal
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