Diseñadora Gráfica de Profesión y con varios años dedicada al área comercial esta artista desempolvó los pinceles para dar un giro a su vida y retomar su gran pasión. Hoy se destaca entre los interioristas que buscan sus obras inspiradas en formas orgánicas para completar espacios atemporales marcados por las líneas simples y la elegancia.
El movimiento domina en obras que parecen estar vivas. Las ondas del agua, el soplido del viento, el ondular de las hojas. Cada pincelada es una inmersión en la naturaleza a través de una interpretación libre, sincera y sin temores. Así se podrían definir las formas que inundan las pinturas Pilar Ordoñez.
De profesión diseñadora y Master en Bussines Administration, Pilar estuvo durante largo tiempo dedicada al área de desarrollo de empresas, pero, durante la pandemia, pudo retomar un viejo amor que la acompaña hasta hoy.
“Durante la pandemia, que coincidió con el nacimiento de mi tercera hija, empecé con la necesidad de retomar la estética y el diseño en mi quehacer, que es algo que siempre ha sido innato en mí, la belleza me ha llamado la atención desde muy pequeña. Cuando me tocó reincorporarme al mundo laboral decidí dedicarle más energía y tiempo al arte”, cuenta Pilar.
Abstracción
Así, PIlar comenzó un proceso progresivo en el que se fue involucrando más y más mientras pasaban los meses.
“El tema del arte siempre estuve ahí. Hice muchas cosas de forma autodidacta, de una manera explorativa, usando el arte como medio de expresión. Soy súper sensible, todo lo manual y artístico ha tenido una connotación bien terapéutica. Había tomado clases de pintura en el pasado y ahora empecé a retomar de una manera más experimental y quise mostrar las obras a algunas personas, conocidos, gente ligada al mundo del interiorismo y tuve buena recepción. Me empezaron a encargar piezas y cuando vi que había una oportunidad de hacerlo de una manera más profesional comencé a dedicarme seriamente a ello”, indica la artista.
Sus obras reflejan los movimientos de la naturaleza. Son movimientos orgánicos que tienen profundidad y generan imágenes traslucidas que permiten crear distintas capas y a la vez contrastes complejos.
“Mi referente principal hoy es la naturaleza, antes de llegar a este estilo probé bastante otras cosas, pero, esto fue lo me hizo más sentido, me dieron ganas de seguir trabajando, seguir explorando, porque tiene una dimensión muy sensorial. Las diferentes sensaciones que producen en las personas es algo muy potente. Te diría que a mí eso lo que más me gusta. Lo que más me interesa es lo que genera en las personas desde una visión más emocional que intelectual, de conceptos, que tu puedas ver la obra y te genere algo”, explica Pilar.
“Las describiría como obras vivas y si bien todas están definidas dentro de un mismo estilo, cada una es única e irreplicable, realmente cada una toma su propio camino”, agrega con entusiasmo.
Actualmente trabaja en una serie que ‘a regañadientes’ tituló “Naturaleza inmersiva”, lo que ella define como una etapa.
“Es como una serie que tiene que ver con este estilo que la verdad no sé cuánto va a durar. Yo no soy muy amiga de ponerle nombre a las obras, uno de los trabajos que yo he hecho en este proceso es tratar de pintar desde un lugar super intuitivo y sacar la cabeza, que sea lo menos intelectual posible para que realmente sea una obra más visceral y por ese lado, el empezar a pensar en conceptos, nombres o títulos, a mi me lleva a algo racional y eso me hace querer controlar las cosas y termino entorpeciendo los resultados. Por eso no quería poner nombre a las obras, pero, por temas comerciales, llegamos a este concepto de la naturaleza inmersiva”, comenta.
Sueños
Sus obras hoy no sólo adornan las paredes de clientes residenciales, sino que también son parte de diversos proyectos de destacados interioristas nacionales que valoran su expresión artística a la hora de abordar sus diseños, pero ella sueña con más.
“Me encantaría seguir avanzando, seguir explorando. Me encanta la idea de que a la gente pueda aportar, me encantaría ojalá que muchas personas tuvieran sus obras en sus casas, que interioristas las incluyeran en sus proyectos y salir al mercado internacional”, señala Pilar, quien a la vez evalúa su futuro”
“No descarto volver al diseño, incluso siento que combina estas dos cosas, el negocio y la parte estética, lo que para mí es súper bueno, porque abarca las dos áreas que me gustan. La belleza, el área sensorial, a uno le aporta a la vida, a la experiencia. Ya sea en el arte, el diseño, incluso en el área más comercial, siempre he tratado de involucrar esta parte más estética, está presente en todo lo que hago. Creo que son distintos medios para llegar o comunicar lo mismo y esa es la meta”.
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