La profesora Vanessa Cuevas y la diseñadora gráfica Gabriela Rossi unieron talentos y tiempos para emprender desde lo cotidiano y hacer frente al caos de la crianza en el mundo moderno. Hoy, sus papeles murales decoran desde dormitorios infantiles hasta museos y tiendas, siempre con un sello marcado por la tecnología, la sustentabilidad y propuestas únicas.

Hay muros que no dicen nada. Blancos, lisos, sin gracia. Y hay otros que transmiten una historia. Pared Viva pertenece a ese segundo grupo. Se trata de una marca que transforma los espacios con diseño, color y una mirada personalizada sobre cómo habitar los ambientes.

Todo comenzó con el encuentro entre dos mujeres con trayectorias distintas pero un objetivo compartido: conciliar maternidad, pasión creativa y trabajo independiente. Vanessa Cuevas, profesora de formación, se cruzó en el camino de Gabriela Rossi, diseñadora gráfica e ilustradora, gracias a una amiga en común. «Nos encontramos, más que buscarnos», dice Vanessa.

Ese cruce dio origen a Pared Viva, una marca de papeles murales personalizados que hoy cumple tres años y que, desde su taller-showroom en Santiago, ha logrado posicionarse como una propuesta con identidad dentro del diseño de interiores chileno.

“Pared Viva es como un hijo más”, comenta Gabriela. “Nos permite estar con nuestros hijos, tener horarios flexibles, pero también hacer lo que nos apasiona: diseñar, ilustrar, crear ambientes”. Esa flexibilidad ha sido clave para ambas.

Su misión, aseguran, es simple pero poderosa: transformar espacios en lugares que cuenten historias, que inspiren y que reflejen el estilo único de cada persona o familia.

«Lo logramos a través de la creación de papeles murales excepcionales que combinan diseño innovador y materiales de la más alta calidad», comentan.

Desde el taller hasta la entrega

El proyecto partió cuando Vanessa descubrió que una máquina que tenía su marido podía servir para imprimir papel mural. “Mi marido tenía una máquina que servía para muchas cosas. Y ahí nos dimos cuenta de que también podía imprimir papel mural», recuerda. Ese fue el punto de partida.

Desde entonces, Gabriela, hija de arquitecta y nieta de artista visual, se encarga de diseñar e ilustrar digitalmente los patrones. Luego ambas imprimen, cortan, revisan y entregan los pedidos. Todo lo hacen ellas, salvo la instalación. “Nosotras hacemos desde que Gabriela diseña hasta que el papel se imprime y se entrega. Todo pasa por nuestras manos», cuenta Vanessa.

A diferencia de muchas marcas, Pared Viva no trabaja con bancos de imágenes. “Todo parte desde cero, muchas veces incluso desde la inteligencia artificial como punto de partida creativa, pero cada diseño pasa por mis pinceles digitales en Photoshop», dice Gabriela.

El trabajo es minucioso. Usan papel chileno de alto gramaje, tintas ecológicas en base a agua y se preocupan de cada etapa del proceso. “No parece plastificado, se ve natural, cálido. Como si alguien lo hubiese pintado directamente en la pared», agrega su amiga.

Diseños hechos para personas reales

Una de las claves del proyecto es la personalización. “Hemos hecho de todo. Desde una clienta que quería un elefante a la derecha porque a la izquierda iba su sillón, hasta un caballero que nos pidió un collage con los diarios más importantes de su vida”, cuenta Vanessa.

Los encargos suelen tener un componente emocional fuerte, y eso genera una conexión especial con los clientes. “No hay dos papeles iguales. Incluso cuando nos piden algo parecido, siempre lo adaptamos a la identidad del cliente”.

Sin embargo, su objetivo es lograr que una parte del trabajo pueda estandarizarse para hacer más eficiente el proceso. “Queremos que la gente conozca nuestros catálogos y que eventualmente diga: ‘quiero el diseño número tres’, sin necesidad de intervenir tanto», explica Gabriela.

Ya están trabajando en colecciones temáticas: infantil, botánico, deportivo, abstracto, literario, entre otras.

Casos emblemáticos

Uno de sus proyectos más relevantes es la impresión del Museo del inmigrante de Valparaíso. “Nos contactaron sin conocernos mucho, pero confiaron en nuestro trabajo. Fue un proyecto largo, con muchas pruebas, pero el resultado quedó hermoso”, recuerda Vanessa. «Nos tocó trabajar más la parte técnica y de llegar a un resultado impecable en cuento a calidad», agrega Gabriela.

También colaboraron con DBS Beauty Store. “La clienta quería un frasco de perfume con tal diseño y otras cosas adentro de ese frasco, un pincel y más cosas. Era una idea muy específica, pero Gabriela logró hacerlo. Eso suele pasar con muchos trabajos corporativos”, dice Vanessa.

Otra clienta, recién llegada desde España, compró un patrón floral que no logró encontrar en el mercado y buscó la personalización con Pared Viva. En otros casos, han trabajado con murales inspirados en cuentos infantiles o viajes personales. Cada proyecto tiene su historia.

Una forma de trabajar con sentido

El nombre Pared Viva refleja su propuesta: transformar espacios de manera cercana, creativa y flexible. “Queríamos algo que reflejara lo que hacíamos: darle vida a las paredes”, dice Vanessa. Gabriela añade: “Es que estamos vivas. Muy vivas. Haciendo malabares todos los días entre niños, entregas, diseño y vida”.

Esa energía se nota en su manera de enfrentar el negocio: solo usan papeles y tintas ecológicas, valoran el trabajo artesanal y no dramatizan los errores. “Si algo sale mal, lo arreglamos. No nos sumamos más drama del necesario”, señalan las amigas.

Pese a que el proceso es personalizado y detallado y los materiales e insumos de la más alta calidad y tecnología, los precios de Pared Viva siguen siendo accesibles.

Lo que viene

Pared Viva está en proceso de expansión. Esperan abrir un local físico, idealmente en el sector de Vitacura, donde mostrar sus catálogos y trabajar directamente con clientes. “Tenemos un showroom, pero no es tienda. Queremos tener un espacio más visible”, comenta Vanessa.

También buscan fortalecer su presencia digital, más allá del boca a boca. “Las redes sociales nos cuestan. Requieren tiempo, inversión, estrategia. Pero sabemos que es importante darnos a conocer más allá de nuestro círculo actual”, afirma Gabriela.

El objetivo final es lograr que la marca funcione con menos intervención directa. “Sabemos que hay marcas que llevan quince años en esto. Pero nosotras estamos empezando, y creemos que con nuestra propuesta personalizada, ética y creativa, podemos lograr mucho más”, concluyen las socias.

Pared Viva es una marca en crecimiento. Una propuesta honesta, flexible y conectada con las personas. Una forma de habitar los espacios desde la identidad y la cercanía.

Para conocer sus diseños y catálogos visita www.paredviva.shop.