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La cabaña del cielo: El sueño de Tomás y Michelle

Jul 12, 2024 | Diseño Sustentable | 0 Comentarios

El matrimonio detrás del exitoso emprendimiento Chile Huerta vive de manera sustentable hace más de una década luego de un despertar producido por distintos factores de la vida actual. Parte de ese sueño fue construir su casa de manera sostenible y sustentable utilizando materiales nobles y extraídos de su propio terreno en la comuna de Colina, Región Metropolitana y al mismo tiempo utilizando sistemas para el uso eficiente del agua y la energía entre otros elementos.

Tomás Lasnibat, cofundador de Chile Huerta, fue uno de los estelares invitados que tuvo la primera temporada de Rúa Salón Radio, en El Conquistador Fm, Concepción. El emprendedor y referente de la sostenibilidad en nuestro país repasó parte de su historia y la sobre la construcción de una casa sostenible que hoy alberga sus sueños y esperanzas.

La construcción de la cabaña del cielo, que también está disponible para que turistas o visitantes puedan conocer la magia de la permacultura, fue un proceso arduo y de constante aprendizaje que partió incluso algunos años antes.

“Hace 10 años que estamos con Chile Huerta, tratando de motivar a la gente de vivir de una manera autosustentable y uno de los primeros hitos fue justamente construir nuestra huerta orgánica”, cuenta Tomás.

Según confiesa el cambio de vida hace más de una década ya, fue motivado un poco por la salud propia y la de su esposa Michelle De Rurange. 

“Michelle y yo, vivíamos en un mundo muy acelerado, yo era gerente de empresas, mi señora era publicista en varias agencias y empresas renombradas, pero empezamos a enfermar. Notamos estábamos súper desconectados de la naturaleza y cuando eso pasa ocurren enfermedades y así fue como llegamos a vivir a Chicureo, empezamos a trabajar la tierra, nos dimos cuenta de que empezamos a sanar con la huerta orgánica, el auto consumo de nuestras propias hortalizas nos empezó a sanar y empezamos a descubrir un mundo”, repasa el ingeniero de profesión.

“Eso fue hace una década y nos dimos cuenta que había también mucha gente que tenía muchas ganas de caminar este camino y eso nos impulsó aún más. Cada uno se fue especializando en lo que nos llamaba la atención, la Michelle hizo cursos de agricultura orgánica y de permacultura y yo profundicé en la construcción y en el uso de energías no convencionales y cada uno a partir de esta expertiz empezó a aportar un granito de arena”, agrega.

Tomás, por ejemplo, empezó a hacerse cargo de la basura y a transformar todos los residuos orgánicos en compost, en hummus de lombriz y empezaron a notar de que es un círculo precioso y completamente virtuoso, el trabajar con la naturaleza.

“A partir de eso empezamos a enseñar, no sólo a través de las redes sociales, sino que también a través de talleres presenciales y online, y en pandemia fue un boom, la gente empezó a notar la necesidad de cultivar sus propios alimentos y desde ahí en adelante no hemos parado. Es algo a nivel global que mucha gente quiere cultivar independiente del espacio que tiene disponible y eso es importante, porque no sólo se puede cultivar en una parcela o en un campo, sino que también en una casa  con ante jardín, en el balcón de un departamento, etc. Si se quiere se puede”, dice con entusiasmo.

LA CASA SUSTENTABLE

Todo ese trabajo y la forma en que su vida fue cambiando para bien los llevó a construir su casa de manera absolutamente autosustentable, partiendo por el uso de energías renovables.

“Lo básico es la energía eléctrica, pudimos transformar la energía del sol en energía eléctrica a partir de paneles fotovoltaicos, luego empezamos a transformar el uso hídrico, transformar el agua para poder reutilizarla, no sólo a través de las aguas grises, que muy afortunadamente están de moda, sino que también de las aguas negras, usamos el sistema Tohá, que con lombrices californianas transforma el agua de manera de poder reutilizarla para riego, por ejemplo”.

Por otra parte, cuentan con un sistema de pozo. El trabajo en la tierra y la regeneración del terreno ha favorecido a la napa subterránea, evitando la sequía, que hasta hace muy poco atacaba duramente al centro del país. De acuerdo al emprendedor, es como si estuvieran sembrando agua, gracias al buen uso del suelo y claramente, también haciendo un uso eficiente del recurso.

“En cuanto a la electricidad tenemos un sistema hibrido, pero casi el 100% del consumo es través de los paneles. Es un proceso planificado, no se construyó de un día para otro, partimos con los paneles, después vino el tratamiento de agua, después el sistema de calefacción muy eficiente que a la vez permite la reducción de emisiones a través del uso de plantas. Lo cierto es que uno tiene que empezar a balancear el consumo, porque si no los sistemas simplemente no dan, uno se hace consciente de cómo usar las cosas, los electrodomésticos por ejemplo, para que no fallen y eso te ayuda a salir del modo automático, que es la forma en que estamos viviendo continuamente”, asegura Tomás.

También construyeron una piscina ecológica, que es más bien una ecolaguna, que hace que se integre la biodiversidad de la flora y fauna silvestre del sector.

“Uno se empieza a dar cuenta de que con pequeñas cosas uno puede comenzar a crear un hogar que esté insertado y comunicado con la naturaleza que lo rodea”.

Esos son conceptos básicos también de permacultura, que es un concepto que está muy alejado aún de nuestro lenguaje nacional, pero es algo que nació hace más de 30 años o 40 años en Australia y Nueva Zelandia y que se ha expandido por el mundo entero.

“Permacultura es la cultura de la permanencia y ahí viene el concepto de la sostenibilidad. Lo sostenible en el tiempo es también permanente en el tiempo y de ahí viene este concepto, que en el fondo es que nuestra cultura sea permanente, desde la construcción de una casa, hasta nuestra vida diaria, de como nosotros transitamos la vida y eso tiene que ser sostenible y por eso nuestro slogan en Chile Huerta es que sea la sustentabilidad no solo exterior, que son los bosques nativos, la naturaleza, las huertas orgánicas y todo lo que se hace hacía afuera, sino que también tenemos que sanarnos hacia adentro y eso es la sustentabilidad o sostenibilidad interior que nosotros nos sanemos hacia adentro para que se refleje en lo que hacemos hacia afuera”, reflexiona Lasnibat.

En cuanto a la materialidad de la casa, se utilizó piedra y tierra.

“En el lugar donde estamos disponemos de esos recursos. Ejemplo, al hacer la piscina, se hizo una extracción de tierra y con esa tierra se hizo el barro para hacer la casa, y además disponemos de piedras porque estamos en un sector de canteras, donde hago un hoyo me encuentro una piedra y con esas piedras hicimos pircas, hicimos las fundaciones y empezamos a trabajar el concepto de la casa. Es un trabajo que se hace de forma manual, conectado con la tierra y al final estás construyendo tu casa con tu propia energía y eso es súper lindo”, expresa el hombre.

¿Pero, antes de estas experiencias, alguna vez habrá soñado con esta casa y vivir de manera sustentable?

“La verdad nunca pensé en vivir de esta manera. Hace 15 años atrás yo estaba trabajando bien, en una oficina como ingeniero civil industrial, que es mi profesión, cumpliendo con lo que se espera normalmente en la sociedad. Pero hubo un despertar, que tuvo también que ver con los tiempos que vivimos hoy, porque es absolutamente imperioso que cada uno aporte un granito de arena para tener verdaderamente un futuro sostenible. Yo converso, con niños o jóvenes, hay muchos que están desesperanzados por lo que se vive, se habla mucho de que tenemos un fin como especie, en esta generación. Eso es algo impensable en las generaciones de nuestros padres o nuestros abuelos”, señala.

“Claro que hubo miedo, necesidad de salir de un sistema planificado y que aparentemente funciona, pero nos dimos cuenta de que en realidad no funcionaba, y ese es el tema. Hay que hacer cambios y cualquier cambio te produce temor, pero esos miedos hay que enfrentarlos. Esto es un camino, no hemos llegado a la meta, no podemos decir de un día para el otro y ni siquiera en diez años, somos autosustentables, es un proceso en el que vamos avanzando, experimentando, hay que probar, seguro te puedes equivocar también, pero uno no puede quedarse paralizado por el miedo, ese es el mensaje”, cierra el cofundador de Chile Huerta.

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